Existen síntomas que te pueden indicar que tu piercing está infectado; por ejemplo, debes tener en cuenta que en los primeros días, la inflamación, el dolor y el enrojecimiento son normales, pero si pasado unos días, notas que los síntomas indicados a continuación se presentan, debes acudir a un especialista en medicina, ya que de lo contrario, puedes poner en riesgo tu salud:
- Si el enrojecimiento en la herida o en sus cercanías se oscurece o no desaparece.
- Si la inflamación empeora.
- Si presentas una secreción amarilla, amarillo-verdosa o maloliente de la perforación.
- Si notas que el área afectada está caliente al tacto.
- Dolor intenso al tocar la zona.
- Fiebre, escalofríos o nauseas.
Cuando decides hacerte una perforación en alguna zona de tu cuerpo, considera siempre los factores de riesgo. Las infecciones a causa de los piercing son muy comunes, ya que es un mecanismo natural de defensa que presenta el cuerpo humano, ante un objeto extraño; solo debes tener paciencia y dejarlo sanar.
¿Qué podría probocar una lenta recuperación posterior a la perforación?
Existen ciertas circunstancias que te exponen a que tengas una lenta recuperación posterior a la perforación, o que contraigas infecciones en esa zona, estas puede depender de factores como:
- Si se ubica en un área del cuerpo propensa a infecciones.
- Presentar reacciones alérgicas al material de fabricación del piercing.
- Problemas de cicatrización (queloides)
- Consumo de ciertos medicamentos.
- Padecer de diabetes mal tratadas.
- El tabaquismo.
- Enfermedades de la piel.
- Tener una higiene deficiente.